
“EL GATO CON BOTAS” de Xavier Montsalvatge
Ópera de magia y misterio
ADDA·SIMFÒNICA
Josep Vicent, director musical
Rita Cosentino, directora de escena
Xavier Montsalvatge, música
Néstor Luján, libreto
Gabriela Salaverri, vestuario
Marian Arcelus, caracterización
Cristina Martín Alique, sastrería
Lía Alves y Victor Cadenas, iluminación
Cristina Martín Quintero, escenografía
Solistas:
Gato: Sandra Pastrana, mezzosoprano
Princesa: Sonia de Munck, soprano
Molinero: David Menéndez, barítono
Rey: Pablo Rossi Rodino, barítono
Ogro: Walter Bartaburu, bajo
Bailarín y coreógrafo: Aarón Martín
Duración: 75 minutos
DOBLE SESIÓN:
1ª sesión: 12.00h
2ª sesión: 17.00h
Descárgate aquí las notas al programa: Lib_Gato_con_botas
«El gato con botas» de Xavier Montsalvatge
El gato con botas fue la primera ópera de las tres compuestas por Xavier Montsalvatge (1912-2002). Esta obra de juventud fue estructurada en cinco escenas y un único acto y se basó en el libreto de Néstor Luján sobre el cuento homónimo de Charles Perrault. La versión orquestal se estrenó en 1948 en el Gran Teatre del Liceu. Aunque la obra responde a una estética neoclásica se incluyen en ella muchos elementos de raigambre popular que vienen sugeridos desde la propia naturaleza del argumento. El papel protagónico del gato lo encarna una mezzosoprano que contribuye a reforzar el carácter simpático y burlesco del personaje.
Como el propio Montsalvatge explicaba, la partitura: «debía parafrasear el estilo operístico propio del siglo XVIII con sus recitativos funcionales, sus arias más abstractamente líricas que de intención descriptiva o dramática y sus episodios coreográficos, con un final feliz y el obligado desfile frente a las candilejas de todos los personajes del cuento: el gato, el molinero, la princesa, el ogro y el rey, además de los bailarines simbolizando el león, el pájaro, los ratones y los conejos».
Aunque la historia del gato está pensada para los niños, Montsalvatge no da en absoluto a la obra un previsible tratamiento naíf, sino que le aporta toda la sabiduría y refinamiento de su arte musical, obteniendo como resultado una partitura bella y armoniosa, donde brilla su sutil ironía, construida dentro de la tradición del género operístico. Se trata de una ocasión única para conocer la ópera en familia.