La orquesta ADDA Simfònica Alicante presenta un programa vibrante y emotivo en la Sala Ruperto Chapí, con dos joyas del repertorio orquestal camerístico que combinan la elegancia barroca y la calidez romántica.
Aunque separadas por más de un siglo, estas dos obras maestras comparten una capacidad única para emocionar y conectar con el público. La precisión barroca de Bach y la expresividad romántica de Dvořák prometen una velada inolvidable en la Sala Ruperto Chapí. ¡Déjense llevar por la música!
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Programa:
Johan Sebastian Bach,
Suite Orquestal núm. 3 en Re mayor, BWV 1068 24:00
(Arr. Jordi López)
I. Ouverture 10:00
II. Air 05:00
III. Gavotte 04:00
IV. Bourrée 01:30
V. Gigue 03:30
Pausa 15:00
Antonín Dvořák,
Serenata para cuerdas en Mi mayor, Op.22, B. 52 29:00
I. Moderato 05:00
II. Tempo di Valse 07:00
III. Scherzo vivace 05:00
IV. Larghetto 06:00
V. Finale. Allegro vivace 06:00
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NOTAS AL PROGRAMA:
Johann Sebastian Bach
Suite Orquestal núm. 3 en Re mayor, BWV 1068
Esta suite, compuesta alrededor de 1730, es una de las obras más célebres de Bach,
llena de vitalidad y refinamiento barroco. Orquestada para vientos y continuo, y
adaptada para la ocasión, destaca por su carácter festivo y su meticulosa estructura.
El movimiento más conocido, la Aria (o Air), es una melodía etérea y contemplativa que
fluye con una serenidad hipnótica, contrastando con la energía de la obertura inicial y
las danzas posteriores como la Gavotte y la Gigue. Escuchar esta suite es como pasear
por un salón cortesano del siglo XVIII, donde la música equilibra la majestuosidad con
la intimidad.
Curiosidad: La Aria de esta suite se ha convertido en un ícono universal, apareciendo
en películas, anuncios y momentos de introspección, lo que demuestra el encanto
intemporal de Bach.
Antonín Dvořák,
Serenata para cuerdas en Mi mayor, Op. 22, B. 52
Escrita en 1875, esta serenata es una de las obras más cálidas y encantadoras de Dvořák, impregnada de su amor por las melodías populares bohemias. Compuesta para orquesta de cuerdas, sus cinco movimientos destilan lirismo y espontaneidad, desde el apacible Moderato inicial hasta el chispeante Finale. La obra evoca un ambiente nocturno y romántico, como un paseo bajo las estrellas, con momentos de ternura y otros de danza vibrante. Dvořák compuso esta pieza en apenas dos semanas, en un período de gran felicidad personal, lo que se refleja en su frescura y optimismo.
Curiosidad: El segundo movimiento, un Tempo di Valse, captura el espíritu de un vals bohemio, mientras que el cuarto movimiento, Larghetto, es una joya melódica que parece susurrar confidencias al corazón.
¡Disfruten del concierto!
